No perder la rutina
Uno de los errores más frecuentes a la hora de trabajar desde casa es quedarse acostado y en pijama. Usar la computadora desde la cama es tentador pero no es productivo. Es muy importante darle a nuestro cuerpo señales claras de cuándo inicia y finaliza nuestro trabajo, incluso cuando no hayamos salido de casa.
Para ser más productivo sin perder el foco, es importante respetar una rutina profesional: levantarse siempre al mismo tiempo, arreglarse como si fuera a la oficina (bañarse, vestirse, desayunar) y marcar tarjeta. De esta manera, nos predisponemos mejor frente a las tareas que debemos realizar. Poniendo en “modo on” nuestro cerebro, se arranca el día con más ganas.
Delimitar un espacio de trabajo
Así como trabajar desde la cama no es una opción recomendable, tampoco deberían serlo aquellos espacios que cumplen otra funcionalidad dentro del hogar.
Es por eso que es importante definir un lugar donde podamos realizar nuestras actividades tranquilamente.
Recomendamos un espacio aireado, cerca de alguna ventana, con un escritorio o mesa cómoda y una silla que ayude a mantener una posición ergonómica y saludable para tu columna vertebral.
Los recreos están permitidos
Si necesitás una pausa prepará un café o un snack, estirá las piernas o mirá por la ventana. No agarres tu celular, ni prendas la televisión.
Poner límites
Cuando no vivís solo, es un poco más difícil adaptar a la familia o amigos a tu nueva rutina. Las interrupciones para charlar, hacer preguntas poco importantes o, en el caso de los niños, venir a jugar, no son admisibles.
Una técnica muy útil es poner un cartel en la puerta de la habitación donde estés, indicando si estás ocupado o en reunión. De esta manera, nadie te molestará en los momentos que necesites más concentración.
Fijar metas (diarias, semanales, mensuales)
Una de las claves para ser productivo, en cualquier ámbito, es no perder de vista los objetivos. Escribilos en un papel o libreta y mantenelos siempre a tu alcance.
Resulta muy útil dividirlos temporalmente: lo que podés realizar hoy, esta semana o todo el mes. Además, podés ir tildando aquellos objetivos que ya lograste, que es por demás gratificante.
Hacete amigo de las listas
Cuando iniciamos nuestra jornada laboral nos encontramos con una serie de pendientes y tareas a realizar. Este bombardeo de información puede resultar agobiante. Por eso, para poder dedicarle la suficiente atención a cada una, se recomienda hacer listas de pendientes y categorizarlas en “urgente”, “prioritario” y “menos prioritario”.
Muchas veces el multitasking suena tentador, pero lo cierto es que contar con una planificación de tareas clara y ordenada te permite ser más eficiente.
Mantenete organizado
Además de ser cómodo, tu espacio de trabajo debe estar ordenado y limpio para ayudar a tu concentración. Para lograrlo, es muy importante tener ciertos recaudos y evitar ciertas prácticas:
• No almorzar frente a la computadora.
• Tener cuidado a la hora de manipular bebidas cerca de cualquier material de trabajo.
• No acumular objetos innecesarios como cables, biromes, resaltadores, etc.
• Dejar a la mano solo lo que sea indispensable para trabajar
• Mantener la superficie de trabajo libre de objetos distractores.
Mantenete inspirado
Aprovechá tus descansos para conocer más sobre tus áreas de interés. Si te gustó un contenido, buscá más información al respecto. ¿Conociste una nueva herramienta para tu trabajo? Investigá que más se puede hacer con ella. Las oportunidades de mejorar y crecer como profesional, son infinitas.
