El dormitorio es el lugar en el cual uno se encuentra con uno mismo, puede relajarse, distenderse, es su espacio de descanso. Por lo tanto, cuanto mejor decorado y diseñado esté, más lo vas a disfrutar. Eso, sumado a la posibilidad de estar en la cama bien abrigaditos, es como para no salir más de ahí. Listo, declarada la temporada de hibernación hasta que pase el frío!
Este ambiente tan importante dentro del hogar debe ser un oasis personal, un espacio donde lograr olvidarse de cada problema. Entre las luminarias, el mobiliario, el colchón, los textiles, lograr desviar la atención de las preocupaciones para concentrarse en descansar.
En un dormitorio la paleta cromática que utilices será la base sobre la que empezar a decorar. Los tonos blancos y neutros son un acierto porque no saturan y multiplican la luz natural. Pero no son los únicos. Podés ir por gamas de tonos pastel. Los colores más intensos reservalos solo si tenés una obsesión y el espacio cuenta con grandes dosis de luz natural. Además, la base puede ser neutra y luminosa, con blanco y un suelo en madera blanqueada, grisácea o natural, e introducir color desde la ropa de cama.
Idea!: colgar las lámparas de techo sobre la mesita de luz queda decorativo y práctico. Así no restará espacio una lámpara de mesa sobre la superficie.
Siempre es conveniente pensar en las rutinas de cama para luego incorporar equipamiento, si sos de los que le gusta leer por la noche entonces la mesa de luz va a ser tu aliado y procurá una buena iluminación para que te acompañe en la lectura.
Otra solución decorativa son las alfombras. Además de dar confort porque aislan del frío y del ruido, las alfombras pueden ayudarte a que el dormitorio parezca algo más grande. Elegí modelos grandes que lleguen hasta la pared y que pise ligeramente la cama por la parte inferior.