En Divino creemos en las casas reales, en las que no todo combina, ni todo es perfecto, ni todo convive en armonía. En las casas reales hay juguetes por el piso, cuadernos encima de la mesa o restos del desayuno en la cama. Hay guerras de almohadas y niños corriendo. Y es que las casas reales no salen en las revistas pero reflejan lo esencial: la vida misma.
He aquí entonces nuestro manifiesto:
1- Nos encantan las maratones de series en el sofá.
¿Qué mejor lugar que el sofá para sumergirte en tu serie favorita y pasar capítulo tras capítulo sin la menor noción del paso del tiempo?
2- La cocina siempre será el confesionario.
Es tal vez el espacio de la casa donde pasamos más tiempo en familia. Pasar a la cocina es privilegio exclusivo de esas personas de confianza, que se hablan sin tapujos, sin maquillaje, sin prejuicios.
3- Los deberes se hacen en la mesa del comedor.
Generación tras generación de familias han visto pasar a sus niños hacer los deberes en la mesa del comedor, esa mesa que quizás solo se viste para recibir visitas pero que cobra protagonismo cada vez que un niño viene a ella con cuaderno, lápiz y goma.
4- Los domingos se desayuna en la cama grande.
Definitivamente, la reunión familiar del domingo comienza en la cama grande. Hay tiempo de sobra, padres sin apuro y niños felices. El mejor combo para empezar el día.
5- Nos unimos al club de la guarida perfecta.
Una sábana y algunos palillos de ropa serán suficientes para construir la guarida donde protegernos contra los malvados. Con la imaginación al poder, todo es posible en la infancia.
6- Lo grandioso del colchón es la guerra de almohadas.
Podríamos afirmar, sin temor a equivocarnos, que el que nunca se batió a duelo con almohadas como armas letales, le faltó buena parte de la infancia.
7- Somos fans de los pies sobre la mesa ratona.
La distancia entre el sofá y la mesa ratona guarda una perfecta relación con el confort y la buena vida.
En Divino somos fans de las casas reales, esas que definitivamente son diseñadas por la vida.
Contanos qué es lo más real de tu casa. Compartinos tu historia y sumate a nuestro manifiesto.